Da la bienvenida a tus amigos y familiares desde la puerta de tu casa. Elige una corona bonita y personalízala con algún adorno. Otra idea es colocar una bolsa de papel, con piedras para que no se vuelen, y con una vela dentro. De esta manera crearás una sutil iluminación, muy agradable por la noche. Eso sí, es muy importante que la vela esté protegida por un fanal, para que la bolsa no se queme.
Decora las ventanas con una guirnalda de la que podrás colgar las tarjetas que recibas. Completa la decoración pegando estrellas de colores en el cristal.
Para los peques no hay mayor ilusión que descubrir cada día qué dulce se pueden comer.
Renueva tus adornos navideños; los belenes y los portales encantan a los niños, porque pueden jugar con ellos. Para evitar que se rompan las figuritas, elige un nacimiento que no sea de barro; el de la foto está realizado a mano y es de mazorca de maíz.
Si tienes la suerte de tener una chimenea en casa, ilumínala con velas. Así crearás un maravilloso rincón donde colocar los regalos.
Y si no se te da bien envolverlos, preséntalos dentro de unas bolsas bonitas. Así evitarás complicaciones y los más pequeños tardarán menos en abrirlos.
Y si no se te da bien envolverlos, preséntalos dentro de unas bolsas bonitas. Así evitarás complicaciones y los más pequeños tardarán menos en abrirlos.
Evita las confusiones entre los más pequeños y envuelve con papeles diferentes los regalos de cada uno o pon su nombre en cada paquete. También puedes dejarlos en la puerta de sus dormitorios.
¿Estás cansada de las típicas bolas y el espumillón de siempre? Haz diseños nuevos tan originales.