Cómo es la mujer Cáncer


La nativa del signo del anfibio tiene muy clara sus prioridades: quiere formar un hogar, y pondrá todo su talento y capacidad para lograrlo. Ante todo, los atributos de la mujer del signo de Cáncer se resumen en una palabra: adaptación. Las nativas de este signo saben moverse de un medio a otro sin perder fuerza ni creatividad: de la compañía a la soledad, del trabajo al desempleo, de la salud a la enfermedad… No hay circunstancia ni medio que se les oponga y las disminuya. Salen avante de toda situación y no existe fuerza que pueda abatirlas. Son las mejores aliadas, las parejas más solidarias, las trabajadoras más incansables.

Las nacidas bajo el signo de Cáncer lo hacen bajo la casa de la maternidad, y ello las hace hogareñas y soñadoras encerradas en un ideal: el hogar perfecto, la familia más bella, los hijos más fuertes y sanos… Esto no las convierte, sin embargo, en personas sumisas, pues esta aspiración no las hace perder su espíritu emprendedor. Lejos de ello: la familia y el hogar son las empresas de toda su vida. El ingenio que otros aplican en los negocios, ellas lo depositan en hacer la vida más amorosa y sencilla para los que aman.

Para las Cáncer el amor es el centro de sus vidas y de sus actividades, y no dejan que nada se interponga entre ellas y sus sueños románticos. Si una nativa de este signo se enamora de ti, puedes tener la seguridad de que te vas a enterar: no teme decir lo que siente ni ir detrás de la persona que puede llenar sus aspiraciones amorosas.

Como madres, las mujeres del signo de Cáncer son entregadas y amorosas, pacientes y cuidadosas: no dejan al azar ninguna de las parcelas de la educación de sus hijas, y tal vez sean sobreprotectoras, pero sólo en la medida que el mundo es hostil para con su hogar.

Quizá la parte más valiosa de una mujer Cáncer es su invencible espíritu: no hay batalla ni reto que la amedrente. Tiene el corazón en su lugar y nunca se rebaja ni se vende, no flaquea ni se rinde, y su optimismo es contagioso. Sin duda, se trata de la mejor compañera para épocas inciertas y cuando el mundo nos da la espalda.

El defecto que puede jugar en contra a las nativas del signo del anfibio es su apego a los sueños: suelen idealizar en demasía aquello que buscan, y pueden ponerse una venda en los ojos para evitar reconocer que las cosas no funcionan como ellas desean. Es necesario que cultiven la crítica hacia sí mismas y hacia su entorno, y que no la vean como una debilidad, sino como una herramienta para perfeccionarse.

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