Para el hombre nativo del signo de la balanza este símbolo es el que rige su vida y sus aspiraciones: para ellos lo que cuenta antes que todo es el equilibrio, la mesura, el punto medio en la vida, el amor y la profesión. Los hombres librianos han llegado para devolver a la vida su natural estado: ese en que todo fluye en quietud y armonía, en donde todos y todo tiene el mismo valor.
Los nativos del signo de Libra son personas equilibradas y serenas: los más armoniosos del zodiaco. Su misión en la vida es que cada una de las personas que entra en contacto con él encuentre su propio centro: el libriano es un sanador natural, alguien que sabe lo que los demás necesita y puede ayudarlos a encontrarlo. El hombre Libra es un gran guía espiritual, y debería usar su talento para potenciar la vida de los demás.
En el amor así es como viven los nativos de Libra: llegan a la vida de las personas que aman para poner orden y ayudarle a alcanzar nuevos niveles en lo espiritual y lo personal. Cuando alguien se enamora de un Libra, puede hacerlo con el convencimiento de que su vida va a mejorar en numerosos sentidos, que la presencia y los actos de ese hombre van a mejorar su situación y le harán vivir el amor en toda su intensidad. Es la vocación de los librianos: restablecer el equilibrio donde es necesario.
El hombre nativo del signo de Libra es uno de las mejores cabezas de familia del zodiaco, pues se adelanta a los hechos y sólo se decide a adquirir el compromiso de un hogar cuando está listo. Suele ser previsor en todas las esferas de la vida doméstica y en las etapas de la vida de sus hijos. Es un padre y consejero atento y siempre cercano, que siempre tendrá una palabra cariñosa y de ánimo para los suyos.
En el mundo laboral el nativo de Libra es uno de los mejores trabajadores con los que se puede contar. No se detienen ante nada para lograr que los negocios lleguen a buen puerto y que las fechas de entrega se cumplan a rajatabla. Desde luego, son grandes organizadores y lograr hallar orden y serenidad allí donde hay sólo un caos aparente. Lo mejor es colocarlos en puestos de control o en donde sea necesaria una gran habilidad para la negociación.
El hombre de Libra entrega a los que aman formas de hallar y de vivir en equilibrio, y en general logra que a su alrededor cunda un ambiente relajado. Combaten el caos, la tristeza y la medianía con un brillo especial: el de los que saben cómo colocar en su lugar todas y cada una de las piezas del rompecabezas que es la existencia.
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