Señor, te alabo con todo mi corazón,
eres mi poderoso Dios, mi libertador.
Lléname con tu presencia
quitando mi angustia.
Escúchame Dios mío,
tengo mucho dolor en este momento,
mi corazón desfallece,
sé que estás cerca,
Ponme sobre tu alta roca
donde los problemas no me agobien
sino que tú seas mi paz.
Tú eres mi refugio y en ti descanso,
no hay problema tan grande que
no puedas resolver, eres mi Dios,
mi restaurador, quien sana mis heridas.
En este momento recuerdo las palabras de Jesús,
“mi paz les dejo, mi paz les doy,
no se las doy como el mundo la da”.
Creo en tu paz y te ruego que con tu santo Espíritu
hagas la paz que sea un fruto en mi vida,
solo con tu paz puedo llevar adelante
cada situación, solo con tu paz tengo fuerzas
para no quedar aquí.
Quita mi ansiedad y sé mi refugio,
sana mi corazón.
En el nombre de Jesús. Amén
