Glorioso señor, hay momentos arduos en los que no logro hallar paz en mi mente y suelo caer en una profunda depresión y no me deja servirte ni rezarte.
Te pido por favor, de la forma más misericordiosa que me salves y me saques de este terrible cautiverio en el cual me encuentro sumergido.
Yo te agradezco señor, y te honro completamente.
Ante ti me inclino y te pido que con tu poder sanador, liberador y en el nombre de tu hijo Jesús, que por favor expulses de mi mente todo espíritu maligno que me esté causando esta horrible depresión, elimina todo espíritu que me cause miedo, odio, rencor, que me liberes de ese espíritu que me cause auto piedad, que me opresiones y que me genere terribles sentimientos de culpa y falta de perdón.
Libérame también de cualquier fuerza negativa que este atacando mi corazón, fuerza negativa que no me deja acercarme a ti y que me tiene prisionero de sí.
Señor, te pido que por favor destruyas todas esas fuerzas negativas que me están atacando.
Jesús, te pido que me dejes sentir tu gloriosa y benevolente presencia, déjame acercarme a ella y que pueda tocar tu manto sagrado para que cures esta depresión tan profunda que estoy sintiendo.
Cura estos recuerdos dolorosos, recuerdo que hacen que me hunda en este terrible pozo, el cual cada vez se hace mucho más hondo.
Te pido que me llenes de gran amor, de tu infinita paz y de tu gloriosa alegría. Te pido que restaures toda mi alegría en la salvación.
Señor Jesús, por favor permite nuevamente que de mi brote infinita alegría, que se desborde como un rio desde lo más profundo de mi ser.
Jesús, sabes que te amo y que siempre te he alabado. Te pido que llenes mis pensamientos de todas las cosas por las cuales yo pueda darte las gracias.
Ayúdame a alcanzarte y de esta manera poder tocarte, permite que siempre tenga ojos solo para ti y que siempre los mantenga puestos en ti y no es los problemas que tanto afligen mi vida.
Te agradezco señor que me lleves por el sendero de la luz y que me saques de este valle oscuro lleno de sombras. Si estoy junto a ti, sé que a nada malo temeré.
Amén.
