5 errores en la Ducha que podrían estar Dañando tu Piel


Quizá nadie te lo haya dicho nunca, pero una mala rutina de ducha puede causar piel seca, irritación e incluso acné corporal.

Nadie puede culparte si quieres permanecer dentro de la ducha durante algunos minutos más y elevar la temperatura un poco. Pero sólo hay un problema con eso (además del desperdicio de agua), estás arruinando tu piel.

Las duchas deberían ser sencillas. Te despiertas, abres la llave, te enjabonas y enjuagas, permaneces dentro siete minutos más mientras contemplas el rumbo de tu exisitencia, sales y te secas. Pero quizá sea tiempo de que consideres una rutina distinta porque la ducha podría ser la razón por la que tu piel no luce fresca. Una mala rutina de ducha puede causar piel seca, irritación e incluso acné corporal.

#1- Permaneces en la ducha demasiado tiempo

Lo sé, pasar 20 minutos bajo el agua caliente puede ser una gloriosa recompensa después de un largo día o un método perfecto para comenzar bien la mañana. Se siente muy bien. Pero quizá debas buscar otra forma de encontrar tu zen. Los expertos en cuidado de la piel recomiendan tomar baños cortos, de entre cinco y 10 minutos, para evitar que se seque la piel. De hecho, se sugiere que sean de menos de cinco minutos.

#2- El agua está demasiado caliente.

¿Tu piel se ve roja cuando sales de la ducha? las duchas muy calientes pueden dañar la humedad natural de la piel. Éstas remueven la barrera natural de aceite, la cual es necesaria para que la piel se mantenga hidratada y suave. Se sugiere que la temperatura perfecta para un baño es de 44 grados centígrados o menos para eliminar la suciedad y las bacterias.

#3- No humectas tu piel.

"El error número uno que veo es que usan jabones duros y no humectan su piel al terminar", lo que hace duro a un jabón depende de la forma en que tu piel reaccione ante él, así que, si el jabón deja una sustancia sobre tu piel o la seca, es tiempo de encontrar uno nuevo. Se sugiere evitar los jabones con fragancias. Al salir de la ducha deberías usar un producto humectante que incluya protección solar.

#4- Estás usando el jabón equivocado.

La piel de cada persona es distinta. El formato del jabón –ya sea líquido, gel o en barra– es menos importante que los ingredientes. Elige jabones libres de fragancias, especialmente si tienes piel sensible. Si tu piel es seca, compra un jabón que incluya glicerina la cual está libre de productos sintéticos y mantiene la humedad. Evita los jabones con un alto contenido ácido o un valor elevado de pH.

#5- Usas la misma toalla para secarte.

Es frecuente que la gente use la misma toalla todos los días y simplemente la cuelguen en la ducha al terminar. Pero eso es un error. Primero, frotar tu piel con demasiada fuerza puede dejarla roja e irritada. Claro, es una gran forma de alcanzar las zonas de difícil acceso, pero dejar una toalla mojada en un ambiente húmedo la convierte en un caldo de cultivo de bacterias, las cuales llevarás a tu cuerpo y rostro cuando vuelvas a usarlo.

Lo mismo ocurre con esponjas, estropajos y demás productos. Todos tienen el riesgo de desarrollar bacterias y llevarlas hasta tu piel, lo cual podría causar infecciones. Algunos podrían ser demasiado ásperos y provocar lesiones microscópicas en la piel. Lo mejor es que apliques el jabón directamente en tu piel.
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