Déjà vu… esto ya lo he vivido antes


¿Quién no lo ha sentido alguna vez? Te encuentras de viaje, llegas por primera vez a una ciudad donde no habías estado antes y, sin embargo, hay algo familiar que te embarga y desconcierta, el paisaje es remotamente conocido a tus sentidos, la forma en que la luz atraviesa los árboles o reverbera en los adoquines de las aceras… ¿Qué es? ¿Qué ocurre? A veces también nos ocurre mientras mantenemos una conversación: ¿no habíamos dicho esto mismo antes? Nuestro cerebro se aturde y un escalofrío nos recorre la piel ante esa súbita extrañeza. Es posible que te haya pasado muy a menudo, así que no te preocupes, intentare aclararte a qué se debe este fenómeno tan común. 

Pero… ¿qué es un Déjà vu?

La palabra viene del francés, fue acuñado por Émile Boirac en su libro “El futuro de las ciencias psíquicas” y significa lo “ya visto”. Lo ha experimentado el 80% de la población y seguramente hasta tú mismo, sucede cuando nos enfrentamos a situaciones que, aunque nos son claramente nuevas, las experimentamos como ya vistas, como ya vividas: el presente se transforma en pasado y puede llegar a ser algo realmente aterrador. Los ejemplos podrían ser múltiples e infinitos, tantos, que incluso el propio San Agustín se interesó por ellos y se decidió a estudiarlos, llamándolos simplemente “falsa memoria”.

Sir Walter Scott, Leon Tolstoi o Charles Dickens también hablaron de este fenómeno, describiéndolo como:

“ESE EXTRAÑO SENTIMIENTO QUE NOS HACE RECORDAR CAPRICHOSAMENTE UNA ESCENA QUE SUCEDIÓ ANTES, DE LA CUAL LA QUE ESTÁ OCURRIENDO EN EL MOMENTO NO PARECE SER MÁS QUE UN ECO O UN DUPLICADO”.

Un poco de ciencia

A todos les ha ocurrido alguna vez, en todas las culturas y en todas las épocas, de ahí que haya merecido numerosos estudios. La investigaciones nos dice que es más frecuente entre la población más sensible, imaginativa, o que esté atravesando un momento emocional determinado. Son instantes en que nuestra mente está más abierta o funciona de un modo más intenso, momentos en los que nuestro “inconsciente” procesa la información antes que nuestra parte consciente o racional.

Se suele hablar también de la “memoria de los sueños”. Bien es sabido que nuestro cerebro está muy activo por las noches, su tarea básicamente es reorganizar todo lo vivido durante el día, pero a menudo muchas de las cosas que “cataloga” se pueden entremezclar con los sueños… podemos soñar, entonces, con una determinada casa, una calle, una persona, una conversación y dejarla ahí, almacenada en ese baúl de lo inconsciente que en muchas ocasiones termina emergiendo cuando menos lo esperamos. ¿Hemos vivido realmente esa misma experiencia? Sí, seguramente mientras dormías.

Aunque la pregunta ahora sería: ¿por qué hemos soñado con esas situaciones si no las hemos vivido? Esperaremos pues a que los especialistas nos lo resuelvan, mientras tanto, seguiremos los avances en el tema que el “Institute of Psychological Sciences”, va publicando. Este centro es único en el mundo y se dedica exclusivamente a investigar este fenómeno,  ahondando en la actualidad en esas áreas del cerebro donde se instauran las sensaciones catalogadas como familiares: experiencias que, por alguna razón, definimos como ya vividas.

Sea como sea muchas ciencias alternativas siguen llamando al “déjà vu” como el “tercer ojo”, una vía donde recordar quizá vidas pasadas o un canal donde alcanzar dimensiones como la precognición. Los campos para la ciencia más ordinaria y la menos ortodoxa están siempre abiertas para este clásico fenómeno.

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