¡CUIDADO! Cuando vas a prestarle dinero a un familiar o amigo..


Tarde o temprano alguien tocará a tu puerta con un problema que requiere dinero – el cual no tiene – para resolverlo. ¿Se lo negarías? La respuesta no es sencilla, lo sé, ya que depende de la persona, de la situación por la que esté pasando y de tu propia situación financiera. Sin embargo hay ciertos cuidados que debes de tener al otorgar un préstamo a familiares o amigos, tanto para que no seas tú quien caiga en un descalabro financiero, como para que tampoco el préstamo desemboque en un problema familiar o en la pérdida de una amistad.

1) Define un monto máximo que puedes dedicar a otorgar préstamos personales.
No me refiero a lo máximo que le puedes dar a una sola persona, sino un monto que no debiera ser rebasado por la suma de todos los préstamos que has dado y que no has recuperado, así sea a una o varias personas e indistintamente el momento en que lo hayas otorgado.
Objetivo: No descapitalizarte por estar financiando a otros.

2) Por ningún motivo te endeudes por prestar dinero a alguien más.
En todo momento el dinero que vas a entregar debe ser tuyo y no sacado de tu tarjeta de crédito, de un préstamo personal o fungiendo como intermediario con un tercero. 
Objetivo: Evitar acabar endeudado por cubrir un compromiso de otro.

3) Verifica que no requieres en el corto plazo del dinero que consideras dar en préstamo
Dice el refrán popular “No se trata de desvestir a un Santo para vestir a otro” y los temas financieros no son la excepción. 
Objetivo: No dejar de cubrir las necesidades de tu familia ni faltar a tus compromisos de pago por cubrir las necesidades y compromisos de alguien más.

4) No vuelvas a otorgarle un préstamo a quien te debe
Existen muchas personas que hacen de pedir prestado su forma de vida. Y si se trata de alguien cercano, lo mejor que puedes hacer es dejar de ser su vaca. 
Objetivo: No volverte blanco de un deudor empedernido

5) Practica la asertividad, es decir, el arte de decir NO
A muchas personas les estresa decir NO. Ya sea por la cercanía a quien nos pide el dinero, porque tememos herir alguna susceptibilidad, por presión social o familiar (el famoso qué dirán), e incluso por considerarlo un deber, puede llegar a ser muy difícil negarle a la persona el préstamo ¡así sea lo que en realidad queremos hacer! Sin embargo hay una técnica sencilla que nos brinda la asertividad que puede facilitarte el negarte:
Objetivo: Negarte cuando es necesario, sin ofender a quien te pide prestado pero tampoco cediendo a una acción que no deseas llevar a cabo

6) Recupera el dinero que has otorgado en préstamo a familiares o amigos
La mayoría de las personas no somos prestamistas, por lo que andar de cobratarios nos resulta incómodo. Pero tampoco se trata de andar por la vida perdiendo dinero.
Objetivo: Recuperar tu dinero

7) Condonando la deuda

Es posible que por algún motivo decidas no cobrar el adeudo, y si ésa es tu decisión, adelante. Sin embargo no podemos perder de vista el cuarto punto: evitar caer en las redes de deudores habituales. 
Objetivo: Practicar el altruismo y la solidaridad, sin llegar a ser víctima de personas abusivas

8) Ten un fondo que te sirva para prestar dinero
En lo personal me ha sido de mucha utilidad tener un fondo de ahorro del cual hago uso cuando decido otorgar un préstamo. No es que haya creado un fondo específico para ello, sino que tengo provisiones de mediano y largo plazo que me sirven para apoyar a mis amigos y familiares cuando lo necesitan. 
Objetivo: Tomar el dinero que darás prestado de tus ahorros para así no afectar tu flujo de efectivo ni tus provisiones de corto plazo, las cuales usualmente las tienes ya comprometidas.

Para concluir les comparto una máxima que siempre debiéramos tener en mente cuando estamos en la disyuntiva de otorgar un préstamo:

Presta sólo la cantidad de dinero que puedes darte el lujo de perder

¡Éxito!
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