EL COMINO NEGRO
HISTORIA
El profeta Mahoma dijo que el comino negro cura todas las enfermedades, menos la muerte misma.
Las semillas de la planta anual NIGELLA SATIVA, han sido apreciadas por sus propiedades curativas desde tiempos inmemorables.
El registro histórico más antiguo del cultivo de esta planta nos lleva a la civilización egipcia. De hecho, se encontró aceite de comino negro en la tumba del faraón Tutankhamon, que tiene 3.300 años de antigüedad. En la cultura árabe se la conoce como “la semilla bendita”.
El griego Dioscórides recomendaba esta semilla para los dolores de cabeza, la congestión nasal, el dolor de estómago y los parásitos intestinales.
Hipócrates por su parte lo menciona como eficaz contra problemas digestivos y hepáticos. Es posible que sus diversas propiedades se expliquen por su compleja estructura química. Estas pequeñas semillas tienen más de cien componentes químicos diferentes, incluyendo abundantes fuentes de todos los ácidos grasos esenciales. (Omega 3 y 6).
BENEFICIOS
Se ha comprobado que mejora 40 síntomas o enfermedades diferentes, y se le atribuyen 20 distintas acciones farmacológicas. Destacamos algunas de ellas:
- Analgésico
- Antibacteriano
- Antiinflamatorio
- Anti fúngico
- Antioxidante
- Antivírico
- Antiespasmódico
- Antiparasitario
- Broncodilatador
- Reduce la hipertensión
- Reduce el azúcar en sangre
- Mejora las úlceras digestivas
- Anti-Cholinergico
- Hepatoprotector
- Ayuda a sintetizar nuestro interferón (Hepatitis)
- Protector renal
Enfermedades donde se han encontrado más beneficios:
- Diabetes Tipo II
- Helicobacter Pylori
- Epilepsia
- Hipertensión Arterial
- Asma
- Cáncer de Colon
CÓMO USARLO
A pesar de que esta semilla tiene tantas propiedades, hay que tener una precaución. Su consumo debe ser en pequeñas cantidades. Tres a cinco gramos diarios, ya que su exceso puede resultar tóxico.
Se recomienda que los niños menores de 4 años no lo usen.
