Poderosa oración de San Rafael, para librarse de todos los males y peligros.



Oh poderoso Príncipe de la gloria San Rafael,
llamado medicina de Dios, salud de los enfermos,
guía de los ciegos, guía de caminantes,
protector de la limosna, del ayuno y de la oración.

Por aquella caridad con que acompañaste al joven Tobías,
te pido, oh glorioso protector mío,
me libres de todos los males y peligros,
y me acompañes en la peregrinación de esta vida mortal,
para llegar felizmente a puerto de salvación en la eterna.


13:4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 13:5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 13:6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 13:7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (San Pablo)

Señor, en tus manos dejo cada una de mis obras del día de hoy, por favor guía mis acciones y ayúdame a alcanzar mis propósitos, aleja al enemigo mal intencionado de mi vida y permíteme avanzar por caminos de alegría y bendición.

Mi vida y mis más grandes anhelos están bajo tu cuidado, porque confío en ti, confío en tus promesas y porque sé que Tú has de cumplir tu palabra en mi vida, Amén.
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