10 Frases que NUNCA debes decirle a tus hijos. ¡Podrías arruinarles la vida!


Las palabras pueden causar un gran impacto en la mente de las personas, una frase hiriente y negativa puede derrumbar la confianza y romper el autoestima de cualquiera. Entonces si sabemos todo ésto ¿Por qué decir palabras hirientes o frases crueles a nuestros hijos? Si a ellos debemos protegerlos, hacerles ver lo valiosos e importantes que son para nosotros, reforzar su confianza y amarlos de manera incondicional. Claro que nadie estudia para convertirse en padre o madre y muchas veces nosotros mismos repetimos los patrones estrictos bajo los que fuimos criados.

Hay que aprender a trabajar en nuestros errores como padres, y uno muy común es dejarse llevar por la ira y el enojo del momento diciendo cosas que realmente no sentimos, hay que ser asertivos y no reaccionar si no razonar, la próxima vez que tu hijo colme tu paciencia y estés a punto de estallar con alguna maldición o frase cruel espera unos segundos y ponte a pensar ¿Qué le estás haciendo a tus hijos con esas frases despectivas?

Te invito a que leas un poco y cambies tu manera de ver las cosas, recuerda que tú también fuiste niño y en algún momento te hubiera gustado que tus padres tuvieran más consideraciones hacia ti. Por favor piénsalo las veces que sean necesarias y evita a toda costa estas frases que podrían destruir a tus hijos: 

1. “Quítate no sirves para nada”
¿De verdad le quieres enseñar a tu hijo que la impaciencia es la manera de enfrentar las cosas? Deja de pensar de esa manera , recuerda que de los errores se aprende y si no dejas a tu hijo cometer los suyos, jamás aprenderá a valerse por sí mismo. Lo mejor que puedes hacer es alentarlo a intentarlo de nuevo, dale un estímulo positivo, no quebrantes su voluntad ni aplastes su autoestima con esa frase tan hirientes. 

2. “Eres un flojo”
Expresar tu enojo con insultos y adjetivos que descalifican las capacidades de tu hijo es algo que dañará la percepción del pequeño hacia su persona, no puedes exigirle demasiado a alguien que está empezando a aprender el sentido de responsabilidad sobre sus propias actividades. Es tu deber como padre o madre enseñarle cuales son sus tareas y acompañarlo para que adquiera un buen hábito, no debes mandar con tiranía, sino demostrar con acciones y ser constantes con su aprendizaje.  

3. “Eres igualito (a) a tu papá (mamá)”
Las comparaciones con los adultos son sumamente peligrosas, pues dañan la imagen que el menor tiene hacia esa persona, pues su cerebro relaciona tu actitud negativa hacia él como una conducta aprendida de su otro padre. Inconscientemente el hijo tomará su distancia y pensará “Hay algo malo de mi mamá en mí” aunque él no pueda descifrar que es, su actitud se modelará para cumplir con esas acusaciones negativas.

4. “¿Qué no pusiste atención en la escuela?”
Un error muy común por parte de los padres es creer que la responsabilidad de la escuela pertenece únicamente a los maestros en las aulas. El conocimiento se debe reforzar en casa y hay que tener en cuenta que hay temáticas complejas para los pequeños, las cuales se deben estudiar en casa como apoyo; es responsabilidad de los padres apoyar a los niños para que logren su objetivo. Recuerda que es mejor para él preguntar a sus padres con la confianza y la tranquilidad de que le explicarán todas las veces que sean necesarias para que pueda entender. No limites sus ganas de aprender, ayúdalo siempre. 

5. “Ahorita no tengo tiempo”
Es comprensible que el cansancio y el ajetreo del día a día resulte agobiante y que muchas veces lo único que quieres hacer al llegar a casa es acostarte, guardar la calma o simplemente ver la televisión un rato. Pero recuerda que tu hijo ha esperado gran parte del día para verte y pasar tiempo a tu lado, no le digas que estás muy cansado o que no tienes tiempo de conversar o jugar unos momentos, ésto le enseñará una lección muy dura, que todo lo demás es más importante que él. No lo lastimes de esta manera, hazlo sentir importante, explícale que pueden hacer alguna actividad relajada juntos, pero jamá lo ignores, porque tal vez mañana sea él quien ya no tenga tiempo para estar contigo. 

6. ¿Por qué no eres más cómo...”
Está prohibido comparar con hermanos, primos, otros compañeros de clase o cualquier persona, pues lejos de tomarlo como un buen ejemplo va a tener una actitud de celos irracionales y tomará una conducta negativa y de rebeldía. No lo alientes a tomar represalias o crear rivalidades entre familiares o conocidos, mejor alienta a tu hijo a encontrar su individualidad. No lo critiques, ayúdalo a mejorar y fortalecer su autoestima.  

7. “Lárgate de aquí, no te quiero ver ahorita”
Recuerda lo frágil que es la confianza de los niños, pues para ellos es importante estar en un ambiente donde se sientan seguros y puedan sentirse bien sin ser juzgados, por eso cuando tienen algún accidente o rompen un objeto valioso lo confiesan de manera temerosa, y es comprensible que tú como padre te sientas molesto por este tipo de situaciones, pero jamás debes perder la cabeza. Recuerda que los objetos se pueden recuperar, sin embargo la confianza que te tiene tu hijo, es mucho más difícil de reparar una vez que las has herido. No le digas algo horrible a ese ser al que debes proteger, recuerda que no solamente debes darle techo y comida, sino amor, educación y paciencia.   

8. “Me tienes hasta la coronilla” 
No le hagas sentir a tu hijo que está haciendo las cosas mal, cuando algo te está incomodando lo mejor es hablarlo claramente y no desquitar el coraje a gritos. Cuando le dices a tu hijo “Me tienes harto” le estás dando a entender que solo provoca disgustos y problemas, porque tal vez esa sea tu percepción en un momento de coraje, pero sin duda para un niño, es un golpe en el pecho que seguirá doliendo por mucho tiempo y solamente lograrás alejarlo de ti. 

9. “No hagas preguntas tontas”
Ten en cuenta que le estás diciendo esto a un niño, una personita que está aprendiendo a cuestionarse y analizar los fenómenos que ocurren a su alrededor, por ello resulta ilógico y cruel que lo acuses de hacer “preguntas tontas” Estas dos palabras son suficientes para acabar con la curiosidad y las ganas de aprender de cualquier niño, pero no solamente en el hogar, sino también en la escuela o en cualquier entorno por miedo a la humillación y a las crueles burlas. Imagina, si eso le dices tú como padre ¿Qué le puede decir cualquier persona fuera de casa? Esa es la idea que se quedará en el subconsciente de tu hijo toda la vida. 

10. “Ya deja de estar llorando”
Para que un niño tenga un desarrollo emocional pleno no debe reprimir sus sentimientos. Nosotros como adultos muchas veces caemos en estos patrones erróneos y lejos de volver fuertes a nuestros hijos los hacemos propensos a sufrir desequilibrios emocionales en el futuro. Recuerda que vas a cosechar lo que siembres, y si no dejas a tu hijo expresarse hoy, crecerá como un adolescente infeliz, amargado y lleno de resentimientos hacia sus padres. No le enseñes intolerancia, ni lo envenenes con la idea de que el llanto es sinónimo de debilidad, coméntale con paciencia que la mejor manera de expresar su tristeza y su inconformidad es con palabras, pero tampoco le niegues la oportunidad de desahogarse llorando cuando se sienta triste. 

Recuerda, tú eres su mejor ejemplo, su futuro depende de ti.
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